REFLEXION SOBRE MI PRACTICA DOCENTE.
BERTHA CECILIA CALDERA ADAME
BERTHA CECILIA CALDERA ADAME
La primera idea que aparece al
reflexionar sobre mi desempeño en el aula es ¿De qué manera voy a prepararlos
para la vida? Esta pregunta a su vez, me recuerda que mi formación docente es
indispensable. Por eso he asumido el
compromiso de mantener un continuo desarrollo profesional. De esta manera puedo
mejorar las acciones dentro y fuera del aula y autoevaluar mi trabajo para
mejorarlo.
Considero que esta autoevaluación
es un proceso difícil. Algunas veces se cree estar aplicando las mejores
estrategias de enseñanza, o tener la certeza de estar realizando un verdadero
trabajo colaborativo. Sin embargo, asumir que no han sido del todo exitosos, no
es una actitud fácil de manifestar o comunicar.
Esta reflexión se torna compleja,
¿Cuáles son las formas específicas de enseñar una asignatura o las formas que
la hagan comprensible para los demás? ¿Lo estoy consiguiendo? Estos son cuestionamientos que conducen a
asumir que a mí me corresponde dar respuestas, que mi trabajo casi siempre requerirá
tiempo extra clase, y que el profesor es un elemento primordial en
el cambio educativo.
Entiendo que la honestidad es una
actitud implícita en la reflexión, por lo tanto he centrado mi reflexión en
tres aspectos de mi práctica docente que considero requieren atención: el
registro de acciones en una bitácora de aula o diario del maestro, la adecuada
implementación de las TIC, y un eficiente trabajo colaborativo.
En relación con la bitácora de
aula, encontré, tal vez por inexperiencia, ciertas dificultades para llevar un
seguimiento de las acciones o incidencias en los grupos. Se sabe que es útil
para sistematizar y documentar la experiencia docente, que la descripción de
los sucesos educativos y el registro de observaciones y experiencias que se
realizan en ella, conducen a la mejora.
Por lo anterior, personalmente diseñé
un formato adecuado con elementos clave para ir llenando diariamente. Sin
embargo, por cuestiones de tiempo o imprevistos no he logrado conformarla
adecuadamente. El registro de lo que ocurre en el aula, los aprendizajes, las
dificultades, tu intervención en el proceso y la de por lo menos cuarenta
personas más, no es sencillo.
Esta acción requiere de una estricta
disciplina y nos debe llevar a un dialogo constante con uno mismo. No obstante,
el diseño del formato y los datos que fui registrando, fueron de gran utilidad
para mis evaluaciones y ha sido un
trabajo que se compartió con otros compañeros docentes.
En cuanto al uso de las TIC, creo
que se vive una problemática semejante a la de un número considerable de
compañeros. Puede observarse que la mayoría de los profesores, sobre todo los
más jóvenes, son conscientes de la importancia de capacitarse en el diseño de
apoyos didácticos utilizando las TIC. Aun
así, el binomio escuela-tecnología, no siempre
está presente. Pese a los esfuerzos institucionales, que han
de reconocerse, la formación centrada
principalmente en el alumno dentro de un entorno interactivo de aprendizaje, se
dificulta ya sea por falta de equipos de cómputo, servicios deficientes de
internet, o porque se requiera de un entorno tecnológico actualizado.
Este punto acerca de las TIC ha
representado para mí un reto. Aunque he tenido la posibilidad de tener mi
propia computadora, no he tenido una
instrucción formal en el uso de la misma. Mis conocimientos acerca del uso de
ciertos programas los he adquirido de forma autodidacta.
Esto ha sido en cierta forma un
logro personal significativo porque me ha permitido enriquecer mis
intervenciones en clase y orientar a los estudiantes para que la realización de
sus proyectos sea interesante y creativa, a pesar contar con recursos muy
limitados.
Una agradable experiencia al respecto, fue cuando propuse a los
alumnos exponer algunos temas de ciencias en diferentes modalidades: un cuento,
una canción, un drama, una conferencia y un noticiero. Al orientarlos en la
realización de estos, propuse que el noticiero tuviera corresponsales en otros
países.
¿Cómo? –dijeron- pues con otra computadora,
unos estarán aquí y el corresponsal en otra aula. Fue muy satisfactorio ver su interés y su
entusiasmo al realizar su actividad. Todos realizaron su encomienda con buena
disposición, con equipo y materiales
propios o prestados pero con buenos resultados.
Desde el inicio de mi carrera
como docente he impartido las asignaturas de Ciencias I e Inglés. Ambas me
encantan y reconozco que en las dos he recurrido a ciertas habilidades
personales para el canto y el dibujo.
Incluyo en mi planeación canciones en Inglés, y el día acordado llevo mi
guitarra y cantamos, colaboro dibujando los murales representativos de días
festivos en la escuela, en ciertas ocasiones
participo en los dibujos de sus proyectos y he visto con satisfacción una respuesta
positiva y actitudes muy favorables en la mayoría de los alumnos. Además de que
los anima a descubrir que tienen talentos que no conocían, creo que es bueno
motivarlos de diversas formas.
En cuanto al trabajo
colaborativo, considero que es un elemento que debe complementar el proceso
educativo. La diversidad siempre será un factor importante no solo en el aula
sino entre colegas. La diversidad de pensamiento debe encontrar su punto de
acuerdo en un equipo de docentes que tienen el mismo objetivo.
En este sentido, compartir experiencias con
compañeros debe enriquecer y redefinir el proceso educativo. No obstante, se observa que la disponibilidad
de algunos compañeros no es muy clara a la hora de tomar un lugar en ciertos
procesos de análisis de nuestras prácticas docentes, de actualización, de
cumplimiento de acuerdos, y hasta en compartir experiencias; aún menos, en compartir ciertos conocimientos
para enriquecer nuestro trabajo. Esta falta de compromiso resulta evidente
hasta en compañeros con cargos superiores y al parecer, con escasa información
acerca de sus funciones.
Tales situaciones no propician el
trabajo colaborativo, propician incertidumbre y desorganización.
El verdadero compromiso con
nuestra profesión nos debe llevar al análisis y la reflexión de nuestra
práctica para mejorarla, transformando ideas, prejuicios, hábitos y costumbres con el fin de recrear la
realidad, reconstruirla entre pares.
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